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La nueva normativa PEGI dispararía la calificación +18

La nueva normativa PEGI dispararía la calificación +18 2

De un tiempo a esta parte el mundo de los videojuegos comienza a instalarse en la polémica. Cuando algo genera interés y riqueza todo lo que se mueve alrededor coge mucha repercusión. Y para bien o para mal la industria ha alcanzado ese punto. Un punto en el que las lootboxes, micropagos, transacciones y los límites de ciertos títulos están bajo la lupa. Concretamente bajo el foco de PEGI, el organismo encargado de clasificar el contenido de los videojuegos en toda Europa, que ha tenido que cambiar su normativa recientemente cuando todos estos conceptos se han convertido en la comidilla del día a día.

Era un debate que ya venía surgiendo en los últimos años, que se ha acrecentado después de que varios países pusieran los límites a las cajas de recompensas, y en el caso de España a la publicidad de los juegos de azar y casino. Y que ha terminado con PEGI calificando con la etiqueta +18 a todos aquellos títulos que le den un uso a los juegos de azar que pueda ser similar a la forma de utilizarlos en los medios tradicionales de juego. Algo que para algunos puede resultar comprensible, pero que puede llegar a disparar los videojuegos con esta calificación en un futuro próximo.

PEGI ya confirmó que estaba vigilando muy de cerca elementos como las lootboxes o las novedosas slots en forma de video-games, y dejaba claro que iba a tratar de que los videojuegos que las incluyeran como parte de la experiencia de juego no sean aptos para menores de edad. Lo cierto que es la popularidad de esta clase de máquinas crece cada día en el medio online, pero también lo hace el interés de las compañías en incluirlos de alguna manera implícita en sus títulos, puesto que da mucho juego. Un juego que le puede costar importantes cambios a las desarrolladoras.

El último caso conocido fue el de Overboard!, recalificado de la etiqueta de +12 a la de +18 precisamente por establecerse en estos parámetros. Pero también hay casos sonados y contrarios como el del NBA 2K20. El simulador de baloncesto fue calificado para todos los públicos en un principio hasta que en uno de sus trailers mostraba como en uno de sus modos de juego se hacía un uso explícito de máquinas tragamonedas con las que poder obtener más premios. La polémica se sirvió y PEGI terminó por dar carpetazo al asunto y especificar que 2k Sports solo promovía la extracción de objetos del juego al azar y que no consideraba esto como suficiente para replantearse la calificación. Al final el juego llevó la etiqueta +3.

Situaciones un tanto confusas y que nos llevan a imaginar que de momento no está nada claro en qué parámetros se mueve la institución para considerar a un juego como no apto para menores y a otro como sí apto. Y que en el caso de que PEGI decidiera llevar al extremo la situación podríamos ver videojuegos que jamás hubiéramos pensado que serían solamente para mayores de edad. Y eso también pueden llegar a suponer perjuicios en ventas y en aspiraciones para ciertos nombres propios.

Con mucho trabajo por hacer

Uno de los aspectos que más sorprenden de todo esto es que PEGI no ha tenido reparos en cambiar su calificación en torno a los juegos de azar, sin embargo, no ha dejado nada claro sobre las lootboxes. Por ahora parece ser un tema que van a seguir tratando y del que habrá que vigilar su evolución. España ya remarcó su intención de regular esta clase de recompensas, pero de momento no ha habido ninguna actualización. Y desde el organismo clasificatorio no parecen tener la intención de mover un dedo hasta que las administraciones lo hagan.

¿Eso significa que con el criterio actual las cajas de botín son menos aptas para menores de edad que los videojuegos que incluyan juegos de azar? Pues parece que sí porque desde Bélgica no consideran que tengan que pronunciarse sobre estos elementos hasta que no haya una tendencia firme en la mayoría de países europeos. Videojuegos como FIFA, Red Dead Redemption u Overwatch se estarían beneficiando de esto, si bien muchos de ellos han decidido cambiar sus propuestas sobre recompensas al comprobar como algunos países vetaban sus creaciones.

El gran perjuicio llegaría para todos los videojuegos que vayan a aparecer a partir de ahora y que incluyan algún tipo de referencia a juegos de azar, pues estarán bajo la lupa y podría ser calificados en una categoría no deseada. Es el caso de los futuros remakes de Pokemon, que podrían pasar a ser juegos +18, o en su defecto alejarse de cualquier referencia a juegos de casino como han decidido hacer en las ediciones Diamante Brillante y Perla Reluciente.

Imaginemos juegos como Undertale pasar de la etiqueta PEGI 7 a PEGI 18. O los últimos Final Fantasy recalificados de +16 a +18. Juegos de mundo abierto muy especiales y que nada tienen que ver a priori con el tema. No es tan descabellado en la práctica, pero no parece muy coherente y más si las líneas entre ser considerados juegos de azar o no son tan finas. Parece que todavía queda mucho por aclarar antes de llegar a la tierra prometida.

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