Como la mayoría de los juegos 4X, Humankind es un juego de influencia. Los jugadores invierten en poderío militar, avances tecnológicos y enriquecimiento cultural para expandir su territorio y competir con sus vecinos.
En Humankind, sin embargo, la influencia no es sólo un concepto abstracto. Es un recurso tangible, como la población y los alimentos, representado por estrellas moradas. Los jugadores tienen que gastar influencia para ampliar sus ciudades o promulgar nuevas políticas cívicas. Y si un imperio opuesto cercano tiene más puntos de influencia, también puede alterar la política cívica de las ciudades.
Hay dos formas de generar influencia en Humankind. Ambas son relativamente sencillas, pero se excluyen mutuamente.
Una partida de Humankind se moverá a través de varias eras de la historia de la humanidad. La primera era es siempre el neolítico, donde el jugador toma el control de una tribu nómada. Aquí, los jugadores pueden aumentar su influencia mediante la exploración y la caza.
A lo largo de los mapas hay puntos de «curiosidad» brillantes. El jugador puede enviar una unidad a investigarlos, y si se trata de un antiguo campamento, obtendrá 5 puntos de influencia y un punto de ciencia.
Junto a los puntos de curiosidad hay animales, y el jugador puede enviar una unidad a cazarlos. Esto dará puntos de influencia y de comida, y los animales más peligrosos darán más puntos. Pero esto pone en riesgo a las unidades, y debe hacerse con cuidado.
Una vez que el jugador abandone el neolítico, las acciones anteriores dejarán de dar puntos de influencia. A partir de aquí, los jugadores generarán influencia construyendo ciudades.
Cuanto más poblada esté una ciudad, más influencia generará por turno. Sin embargo, esto puede verse atenuado por la estabilidad de la ciudad. Una ciudad con una estabilidad del 91-100% generará dos influencias por punto de población, una ciudad con una estabilidad del 30%-90% generará una influencia por punto de población, y una ciudad con una estabilidad del 0-29% no generará influencia.
Los jugadores no deben construir ciudades de forma imprudente, ya que tienen que lidiar con el límite de ciudades de la Humanidad. Si un jugador sobrepasa el límite, las ciudades adicionales empezarán a costar influencia, lo que es contrario a este objetivo. Los jugadores sólo deberían sobrepasar el límite si están desesperados por conseguir otros recursos que una ciudad puede producir, como alimentos e industria, y tienen un excedente de influencia con el que jugar.
Los jugadores también pueden aumentar la generación de influencia de una ciudad construyendo distritos como lugares sagrados, teatros y reservas naturales. También pueden aumentar la influencia con principios religiosos, como el de «no robar» o «ser caritativo».